21 oct 2009

La educación superior como ”Servicio comercial”: ¿Desafío o amenaza?


Wrana Maria Panizzi


Del 25 al 27 de abril del 2002, se realizó en Porto Alegre, en la Universidad de Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), la III Cumbre Iberoamericana de Rectores de Universidades Públicas. - Tuvimos el honor de presidir ese encuentro, que reunió a dirigentes universitarios de 14 países y donde se discutieron temas de gran relevancia para el destino de nuestras universidades.

El encuentro realizado en Porto Alegre fue organizado por nuestra universidad, la Universidad de Federal do Rio Grande do Sul, por la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM) que hoy, con mucho honor, represento aquí, y por el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica (Cexeci), entidades dirigidas, respectivamente, por los colegas Jorge
Brovetto y Miguel Rojas Mix, cuyo esfuerzo fue decisivo para el éxito de la III Cumbre. El evento también tuvo el apoyo del Instituto Latinoamericano de Educación para el Desarrollo (Ilaedes), del Consejo Superior Universitario Centro Americano (Csuca) y de la Associacao Nacional de Dirigentes das Institucoes Federais de Ensino Superior (Andifes), entidad que congrega a las 52 instituciones públicas de enseñanza superior brasileñas.


Universidad y colaboración internacional

La realización de la III Cumbre, en Porto Alegre, evidentemente, no se constituye en un hecho aislado. Es parte de la naturaleza de la universidad -institución milenaria en algunos países, secular en otros- promover el debate y la reflexión. La universidad sabe que el debate académico y la investigación científica no conocen fronteras y, por eso, siempre valora el intercambio de experiencias, de profesores y alumnos a través de los hemisferios y de los continentes tanto en el dominio de la cultura, artes, técnicas, como en lo que se refiere a sus particularidades institucionales, gestión, financiamiento y rol en el proceso de desarrollo económico y social de nuestros países. La colaboración internacional, en resumen, es parte constitutiva no solamente de la idea de universidad, sino también de la propia historia de esa institución que se quiere universal, precisamente, porque tiene en el diálogo y en la cooperación solidaria entre los pueblos, la fuerza constitutiva de su identidad.

Sin embargo, no nos parece exagerado afirmar que vivimos un momento singular de esa historia, marcado en el proceso de “mundialización”, como denomina alguno, o por la globalización, como prefieren otros, que avanza ahora –en el sentido de apertura de las fronteras racionales- a la llamada “industria educacional”.


La III Cumbre de Rectores de Universidades Públicas

“Universidad Pública: Educación y Desarrollo”: Esta fue la temática general de la III Cumbre, tratada, bajo diferentes ángulos, por nuestros tres principales conferencistas: Rodrigo Borja, que habló del tema “Educación, globalización y sociedad del conocimiento”; Juan Carlos Gottifredi, que presentó la conferencia titulada: “La universidad latinoamericana ante los desafíos del mundo actual”; y Marco Antonio Rodríguez Díaz, cuya conferencia tuvo como título una pregunta: “¿Educación Superior, bien social o servicio comercial regulado por la Organización Mundial del Comercio?”.

El tema general de la III Cumbre fue discutido por los participantes del encuentra no solamente en las tres conferencias. También fue tratado por cuatro grupos de trabajo, que se dedicaron al análisis de los temas: “Formación para el mundo del trabajo”, “Ciudadanía, cultura, ética e inclusión social”, Desarrollo social y económico” y “Cooperación internacional para el desarrollo”.

Sin embargo la cuestión que sin dudo centralizó la atención de los participantes del encuentro fue la propuesta de inclusión de la enseñanza superior entre los “servicios comerciales” reglamentados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el ámbito del acuerdo General sobre Comercio de Servicios (AGCS), tema de la conferencia de Marco Antonio Rodríguez Díaz.

No voy hacer aquí un resumen de los debates ocurridos durante la III Cumbre porque, con el objetivo de dar amplia divulgación a los diversos temas discutidos en aquel encuentro, nuestros colegas de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Silvia Maria Rocha y Carlos Alexander Netto, organizaron una publicación que brevemente estará disponible para todos ustedes, con el título: Universidade pública, educacao e desenvolvimento: relatos e reflexoes da III Cumbre.

Permítanme, sin embargo, presentar a ustedes un abreviado sumario de la conferencia dictada por Marco Antonio Rodrigues Dias, ex director de la División de Enseñanza Superior de la UNESCO, organizador de la Conferencia Mundial sobre Enseñanza Superior realizada en París en 1998 y, actualmente, asistente del rector de la Universidad de las Naciones Unidas.

Rodrigues Dias inicialmente recordó que, en abril de 1994, los estados miembros de la OMC aprobaron el AGCS, acuerdo que, como sabemos todos, se firmó con el propósito de 'liberar", en escala planetaria, el comercio de todos los tipos de servicios. El acuerdo estableció una sola excepción. No serían incluidos entre los servicios reglamentados por la OMC aquéllos suministrados en el ejercicio de la autoridad gubernamental y, en este contexto, no suministrados en base comercial.

En septiembre de 1998, en un documento entonces considerado "restricto”, el secretariado de la OMC defendía la tesis de que "... como permiten la existencia de proveedores privados en la educación, los gobiernos aceptan el principio que la educación, en especial la educación superior, puede ser tratado como servicio comercial y, por lo tanto, debe ser reglamentada en el cuadro de la OMC, tesis considerada por Rodrigues Dias como un "gran sofisma".

En octubre de 1999, el mismo secretariado de la OMC define formalmente los servicios reglamentados por el AGCS, e incluye entre ellos la educación. A partir del 2000, la OMC inicia negociaciones orientadas a la liberalización de los servicios educativos. Durante este mismo año, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda “... proponen a los otros países una apertura prácticamente sin límites de sus “mercados” a los proveedores oriundos de sus territorios y solicitan que toda la restricción a la acción de esos grupos por los gobiernos nacionales sea rechizada". Como nos muestra Rodrigues Dias, a pesar de que un país como Japón presentó serias restricciones a esas medidas, la movilización en favor de su adopción por el conjunto de los estados miembros de la OMC es grande. En definitiva, el proceso de transformación de la educación en servicio comercial está en curso, e incluso una fecha límite para cerrar las negociaciones ya esta acordada: enero del 2005.

El texto Integral de la conferencia de Marco Antonio Rodríguez Dias está publicado en un libro que editamos a solicitud de los organizadores de la III Cumbre y que trae el título Universidade, um lugar fora do poder. Pensamos que el trabajo de este autor, por las informaciones que contiene, debe ser ampliamente divulgado, entre otras razones, porque el tema jamás fue discutido de manera profunda en Brasil y, creemos, que tampoco en otros países latinoamericanos.



Lo que está en juego


Las universidades, como dije antes, saben que el debate académico y la investigación científica no conocen fronteras. Sin embargo, debido a la iniciativa de la OMC, están frente a un desafío de otra naturaleza. No está en cuestión, en este caso, la formación de redes de investigación, la movilidad docente y estudiantil u otras formas de intercambio científico y cultural siempre valoradas por nosotros. Lo que está en cuestión, y lo que interesa a muchos en casi todos los países del mundo, es el destino mismo del conocimiento como patrimonio social y de la educación como bien público.

Subyacentes a la iniciativa de la QMC están en juego, por lo tanto, además de la concepción de universidad, nuestras convicciones acerca de la importancia de la investigación para la enseñanza superior y del rol de la colaboración internacional para las universidades, incluso de su papel para el desarrollo social y económico de nuestros pueblos y para la afirmación de nuestras identidades culturales. La iniciativa de la OMC contraría todo lo que construimos pacientemente, en los últimos años, en diferentes foros internacionales.


La internacionalización del debate sobre la universidad

Como sabemos, la internacionalización del debate sobre la universidad tiene como marco fundamental la Conferencia Mundial sobre Enseñanza Superior realizada en París en octubre de 199s, bajo los auspicios de la UNESCO. En aquella ocasión, en la Declaración de París, definimos una amplia agenda de cuestiones y firmamos nuestros compromisos con el conocimiento como patrimonio social, con la educación como servicio público, con la calidad, la libertad y la autonomía académicas, con Ia diversidad cultural, con la investigación como (actor esencial para la progresión del conocimiento, con la cooperación internacional, con la busca de pertinencia entre la educación y las demandas sociales. Esos compromisos fueron posteriormente retomados por la comunidad universitaria en diferentes partes del mundo. Así lo hicimos en noviembre de 1998, en reunión organizada por la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, en Córdoba, cuna del modelo universitario latinoamericano, cuando celebramos los 80 años del Manifiesto de Córdoba y los 50 años de la Declaración Universal de los Derechos del hombre, que consagró la educación como uno de los más importantes derechos humanos. En febrero de 1999, en Cáceres, España, en reunión organizada por el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Ibero América, reiteramos, por medio de la Declaración de Extremadura, los compromisos asumidos en París, afirmando que la educación es estratégica para el desarrollo de las naciones, que la educación es derecho de todos, y es deber del Estado.

Las repercusiones de la Declaración de París, para nosotros, los iberoamencanos, no se agotaron ahí. En agosto de 1999, cuando se realizó la I Cumbre en la Universidad de Santiago de Chile, tratamos acerca del papel de las universidades públicas en el nuevo milenio y analizamos las estructuras de financiamiento y desarrollo de la educación en el mundo globalizado. En la I Cumbre, en el documento conocido como Acuerdo de Santiago, definimos nuestro concepto de universidad pública y cabe aquí recordarlo: "Lo público es lo que Pertenece a todo el pueblo. La universidad pública es la que pertenece a la ciudadanía y está al servicio del bien común. En octubre del 2000, en la II Cumbre, realizada en Buenos Aires, tratamos del rol de la universidad pública en la construcción de un proyecto social nacional y reafirmamos los compromisos de París en la Declaración de Buenos Aires.

En todos esos encuentros se estableció un amplio consenso sobre la importancia de la educación, la ciencia y la tecnología para el desarrollo económico de las naciones. Más importante que ello, se consolidó la visión de que, además, las universidades también tienen extraordinaria importancia para nuestras sociedades como lugar de diversidad cultural y pluralidad ideológica; del debate y del diálogo que juntos construyen sujetos y colectividades y de la crítica comprometida con la ética, que busca ser verdadera y justa. Es nuestra convicción que la construcción de ese lugar, que un día Roland Barthes definió como “... un lugar que se puede decir fuera del poder", está seriamente amenizada por la iniciativa de la OMC.


Una amenaza a nuestra concepción de universidad

En la III Cumbre, realiza da en Porto Alegre, igualmente retomamos los compromisos inscritos en la Declaración de París, aprobada por más de 180 países. Cabe aquí citar un trecho del documento firmado en Porto Alegre: …los académicos iberoamericanos, aquí reunidos, reafirmando los compromisos asumidos por los gobiernos y por la comunidad académica Internacional en octubre de 1998, en París, en la Conferencia Mundial de Educación Superior, considerando la educación superior como un bien público, ( ... ) requieren a los gobiernos de sus respectivos países que no suscriban ningún compromiso en esta materia en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios de la OMC.


Nuestra visión del problema, visión compartida por los colegas de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, es la de que la comunidad académica iberoamericana, con base en los compromisos firmados por nuestros dirigentes políticos en París, debe movilizarse contra la propuesta de comercialización de la educación defendida por la OMC, porque ella es una amenaza a nuestra concepción de universidad. Sin embargo, esa movilización no debe sustentarse simplemente en la 'denuncia". Creemos que la posición de nuestras universidades será más legítima si, al mismo tiempo, lograran conquistar el apoyo de la sociedad a través de la demostración de su importancia social.

Hoy, casi todos parecen estar de acuerdo con que la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la educación, son estratégicos para el desarrollo económico de las naciones. En otras palabras, cuanto más una nación invierte en investigación y enseñanza superior, más riqueza material produce para el bienestar de su pueblo. Sin embargo, ésta es solamente una cara de la misión de la universidad. La otra y tal vez más relevante, es que, en un mundo marcado por tantos conflictos, por la desigualdad creciente, por catástrofes; ambientales y por la inseguridad, la universidad tiene un papel mucho mayor como lugar de convivencia, pluralidad cultural e ideológica, libre reflexión, debate y diálogo que construyen los sujetos y las colectividades, como heredera y agente de renovación del proceso civilizador. De este proceso que un día alguien imaginó significar la construcción de sociedades cada vez más fraternas y solidarias, de este proceso que los iluministas un dia imaginaron fuera la gran contribución de la razón y del conocimiento para la humanidad y que requiere también, como sabemos hoy, la contribución de la sensibilidad.

Pienso, entonces, que debemos reafirmar siempre que se nos presente la oportunidad, nuestro entendimiento del conocimiento como patrimonio social y de la enseñanza como bien público y no como servicio a ser comercializado, tema que hoy se presenta muchas veces bajo la máscara de una supuesta valoración de la educación. Para nosotros, la universidad solamente tiene sentido como una construcción colectiva perdurable, que no cede a la tentación de lo espectacular, de lo efímero, como lugar de la producción de una riqueza cada vez más escasa, la riqueza moral, la riqueza de valores, la riqueza de la convivencia y del diálogo, la riqueza de la crítica y de la ética.

Creo, pues, que la legitimidad de nuestras posiciones, propuestas y reivindicaciones debe ser demostrada no solamente a través de los números, sino principalmente a través del esclarecimiento de la importancia social y estratégica de la universidad para la sociedad. No tengo dudas de que si hacemos esa demostración, la sociedad no vacilará en apoyarnos y exigirá políticas públicas que cumplan con nuestras demandas de financiamiento y necesidades de crecimiento, como con otras, formuladas por la misma sociedad.

Finalmente, frente a la iniciativa de In OMC, el futuro de nuestras universidades públicas -y de la enseñanza superior, en general- no puede ser analizado y comprendido sin tomar en consideración la internacionalización de los “servicios educacionales". Ese debate no puede restringirse al intramuros universitario. Es nuestra esperanza que la gravedad del tema sensibilice no solamente a estudiantes, profesores y dirigentes de nuestras universidades y otras instituciones de enseñanza superior, sino también a gobernantes, parlamentarios, empresarios y todos los ciudadanos comprometidos en la construcción de una sociedad más justa fraterna e igualitaria.

19 oct 2009

UNSA: UNA ESTRATEGIA PARA DESARROLLAR CIENCIA Y TECNOLOGÍA - Fidel Urday Concha


INTRODUCCIÓN
El presente trabajo corresponde al curso de "Filosofía y ética de la ciencia”, Doctorado en Ciencias Biomédicas, y tiene por finalidad relevar los conceptos de ciencia, tecnología y técnica, para cumplir dos objetivos concretos. En primer lugar, comprender que la ciencia y tecnología no son variables independientes del proceso de desarrollo, sino se aplican en un medio social condicionado por diversos factores socioculturales. En segundo lugar, la Universidad de San Agustín (UNSA) puede contribuir a desarrollar una estrategia mixta de ciencia y tecnología.
Ante el reto para desarrollar una estrategia endógena de ciencia y tecnología, ahora es más claro que el uso de la ciencia y tecnología no se reduce a injertar conocimientos y tecnologías ajenas a las preocupaciones del entorno económico y social, menos a transportar innovaciones tecnológicas validadas en otros espacios geográficos definidos y, menos aún, a la sola introducción de un cambio técnico o tecnológico en los procesos de producción (modernización). Una lectura cuidadosa sobre las experiencias de los países desarrollados muestra que la ciencia y tecnología no son factores exógenos o variables independientes del proceso de desarrollo, sino que se desarrollan, insertan y aplican en un medio históricamente condicionado por factores humanos, económicos, sociales, culturales e incluso políticos. Es decir, en todo contexto social existen lazos entre la fórmula trinitaria: sociedad, ciencia y tecnología y producción.

En este marco, el cuerpo principal del artículo presenta los siguientes items. El primero, tiene por objetivo relevar los conceptos y diferencias básicas entre ciencia, tecnología y técnica, así como los vínculos entre investigación científica y desarrollo tecnológico. El segundo, describe las condiciones necesarias para lograr el desarrollo humano. Esto implica, no sólo el crecimiento de la economía, el incremento de los ingresos y del bienestar de las personas, sino también debe tender a generar oportunidades iguales, derechos y capacidades para que todas las personas disfruten de una mejor calidad de vida.
El tercer ítem sirve para mostrar al lector que la ciencia y tecnología no son factores exógenos, sino factores endógenos que se generan en los procesos productivos condicionados por factores humanos, económicos, sociales, etc. En cambio, el ítem 4, bajo el supuesto de la diversidad de situaciones en los países en vías de desarrollo, presenta dos casos extremos de estrategias, la estrategia clásica y la estrategia endógena, para desarrollar y aplicar la ciencia y tecnología a los procesos productivos. También nos permite relevar el rol que debe cumplir la UNSA en la generación de una estrategia mixta de ciencia y tecnología.
Luego, el ítem 5 analiza la necesidad de institucionalizar la creación de ciencia y tecnología, para pasar de cotidiano importador a la condición de generador, innovador y exportador de tecnología. Por último, el ítem 6 resume los principales resultados del artículo y establece una “hoja de ruta”, tendente a elaborar un Plan de la UNSA para el desarrollo de la Ciencia y Tecnología en el marco de un proyecto de desarrollo regional-nacional.
CIENCIA, TECNOLOGÍA E INVESTIGACIÓN
La ciencia es una obra del ser humano, es decir, un producto, una creación y resultado del trabajo del hombre. En términos concretos, la ciencia es el conjunto de conocimientos sistematizados, ordenados y jerarquizados sobre la realidad observable, obtenidos mediante la aplicación del método científico y resultado de la investigación del quehacer humano.
Esta definición de ciencia permite diferenciar la ciencia como contenido (o producto) y como actividad (o proceso). La ciencia como contenido es un conjunto de conocimientos teóricos, inductivos y sistemáticos sobre la realidad, obtenidos mediante el método científico. En cambio, la ciencia como actividad es el proceso de aplicación de métodos, procedimientos y técnicas científicas a situaciones y problemas concretos, para obtener nuevos conocimientos (dimensión creativa y acumulativa de la investigación) y/o contribuir a la solución de problemas (dimensión de la toma de decisiones). En fin, la ciencia es una forma de trabajo y resultado de la aplicación del método científico. (Cf. Reza, F. 1997 y Buendía, L., Colas, P. y Hernández, F. 1998).
Un científico no es la persona que tiene muchos conocimientos, situación que es importante, sino quien sabe utilizar y aplicar el método científico, en su campo o materia específica. Empero, también es importante que el científico tenga inteligencia, habilidad, imaginación, creatividad, intuición, etc., con la finalidad de añadir algo al conocimiento existente, crear nuevos conocimientos y/o para contribuir a encontrar una respuesta a los problemas. Es claro, el término científico se reserva al investigador, cuya actividad fundamental es desarrollar conocimientos y encontrar la solución de problemas.
De acuerdo con lo que acabamos de señalar, la ciencia es creación e investigación científica, mientras que la tecnología es “el conocimiento de una técnica, es el conocimiento de cómo hacer las cosas (el know how), fundamentando sobre bases científicas” (Tamayo, M., 1996). Los recursos de la ciencia y la tecnología se aplican a los procesos productivos, suscitan cambios en los métodos de producción, así como en el crecimiento de la economía, los ingresos, el empleo, el bienestar y en la calidad de vida de las personas y, además, en la manera de pensar y comportamiento de las personas, considerados aspectos básicos en el desarrollo humano.
A su vez, las técnicas son los diversos procedimientos o formas de realizar las distintas humanas, incluso intelectuales, y el modo de utilización de los instrumentos de producción, máquinas, etc., que usa el hombre, así como las formas de preparar dichos instrumentos (Cf. Sierra, R., 1984). Es oportuno relevar que las técnicas se refieren desde sus orígenes a la producción de cosas, a hacer algo, a la habilidad para hacer las cosas, que implica un conocimiento empírico de cómo hacerlas, previo diseño (Ver. Tamayo M., 1996); mientras que el término técnica se refiere a las formas o procedimientos de actuación práctica.
Con el transcurrir del tiempo y el avance vertiginoso de la tecnología, la habilidad de hacer cosas se fue tornando compleja, lo cual ocasiona que aparezca el tecnólogo, en palabras de Tamayo (1996), es la persona que combina dos tipos de conocimiento: el científico y el técnico, es decir, es la persona que no solamente “sabe” el porqué de las cosas en determinados campos, sino que además, “sabe cómo hacer las cosas”. Por lo tanto, la interrelación entre técnica (habilidad para hacer cosas) y ciencia (generación de conocimientos nuevos a través de la investigación) da origen al concepto de tecnología (conocimiento de cómo hacer las cosas).

14 oct 2009

Cultura y discriminación social en la época de la globalización


Mario Margulis
Habría que considerar con prudencia la palabra «globalización» en tanto categoría de modalidades discursivas de un dispositivo massmediático que contribuye a deshistorizar los acontecimientos mundiales, proponiéndonos un mundo global cuyas asimetrías, contradicciones y desigualdades aparecen naturalizadas ante la velocidad de la información y la presunta racionalidad de los mercados. La idea de global tiende a crear la ilusión de un mundo equilibrado y equidistante, en el que se desarrollan en interacción creciente intercambios de todo tipo: mensajes, dinero, influencias culturales, mercancías:
un planeta «mondo y lirondo» en el que se distribuyen en forma equitativa y homogénea los actores económicos y sociales, emisores y receptores, productores y consumidores. Sin embargo, a poco que se analice, se tornan notorias las contradicciones, desigualdades y asimetrías: la direccionalidad e intensidad de intercambios permiten apreciar polaridades espaciales y económicas, que concentran el poder de decisión en el plano económico, político e informativo. En el mundo actual, a la concentración de poder económico, desarrollo tecnológico y fuerza bélica, corresponden localizaciones territoriales y políticas: estas concentraciones del poder pueden referirse al plano nacional (Japón, Estados Unidos, Unión Europea), a algunas ciudades (Nueva York, Londres, Tokio)1, o a las empresas multinacionales más importantes que dominan en el ámbito de la innovación tecnológica, en el plano financiero o en la producción y suministro de energía. También están desigualmente distribuidos el control de las comunicaciones, la capacidad de emitir y recibir mensajes y el poder institucional en el plano de lo simbólico. Los procesos de internacionalización tienen una larga historia: desde la«economía mundo» de Wallerstein, que se remonta a la expansión europea del siglo XV, las economías se han interrelacionado progresivamente, siendo inherente al modo de producción capitalista su carácter expansivo e internacional. La base de la etapa actual de la llamada globalización reposa,
sobre todo, en el auge del capital financiero y en el carácter crecientemente trasnacionalizado de sus transacciones. Ello se vincula con el desarrollo informático y comunicacional que otorga peculiar agilidad y ligereza al traslado de la información, prácticamente paralela al movimiento de los capitales y, sin duda, con la generalización del modelo neoliberal, que impone a los mercados de todos los continentes, en especial a los mercados financieros, los mismos lenguajes y las mismas normas.
En el neo-lenguaje de la globalización, sin duda derivado de la hegemonía de las finanzas, los países que antaño se conocían como del Tercer Mundo, periféricos o simplemente subdesarrollados, ahora adquieren -cuando se desempeñan bien la nueva condición de «mercados emergentes» noción que indica la posibilidad de obtener beneficios a través de rápidas entradas y salidas abiertas a los capitales «volátiles» al calor de las etapas y peripecias de las privatizaciones, ajustes y flexibilizaciones que componen el catecismo universal de esta etapa de expansión del capitalismo a escala mundial. En la Argentina somos un mercado emergente, condición compartida con Brasil, Venezuela, los «tigres» asiáticos, Rusia, Polonia y muchos otros países, indicando que la babel de idiomas y culturas, de costumbres, sistemas políticos, historias pasadas y recientes, ha claudicado –por lo menos en lo que atañe al ámbito del dinero– en las puertas de las bolsas de comercio y de las grandes casas bancarias.
1. Nuestro tema es la cultura, no la economía ni las finanzas; sin embargo parece evidente que vastas esferas del mundo cultural –los sistemas de signos, las costumbres, las formas estéticas, la velocidad, el tiempo, los objetos que deseamos, y aun la materia misma de nuestros deseos y de nuestros pensamientos– están fuertemente influidos por la dinámica que adquieren los procesos económicos a escala mundial, vehiculizados por los mercados que responden a su vez a acuerdos políticos y financieros de orden supranacional, a la articulación de los países en grandes bloques comerciales, a la imposición de signos universales que todos entienden y de sistemas de comunicación instantáneos que llevan el mundo entero al interior de los hogares, propiciando modalidades de consumo que atraviesan el globo y desafían la diversidad de los lenguajes. El consumo avanza sobre la cultura, más aún, se inserta en ella. Cada nuevo producto coloniza un espacio semiológico, se legitima en un mundo de sentidos y de signos, arraiga en un humus cultural. El intercambio de productos, la mundialización de algunos bienes o servicios, como la Coca Cola, las comidas «rápidas» el automóvil o los servicios bancarios, requieren también, previamente, sistemas de percepción y apreciación compartidos, códigos comunes, una cierta estandarización en los signos, valores y ritmos. Todo nuevo producto –Y más un bien producido por una empresa mundial para su consumo en ámbitos diversos– coloniza un territorio cultural, influye sobre las costumbres, los hábitos, los gustos y valores, requiere un capital cultural para su uso y, con frecuencia, inicia una cadena de nuevos lenguajes.
Insistiremos en el tema del efecto cultural de los consumos, en los requisitos semiológicos vinculados con la incorporación de un nuevo producto –bien o servicio– en el proceso de colonización de mercados lejanos. Lo local se articula con lo global, entran muchas veces en confrontación pero también se integran. Lo global no destruye lo local; a veces, como productor de diversidad, lo intensifica, ratifica las identidades que son relacionales y se nutren de la otredad. A título de hipótesis podríamos pensar que existen en cada sociedad códigos culturales superpuestos, tramas de sentido que tienen diferente alcance espacial: desde los códigos particulares que sólo afectan a pequeños grupos –tribus que comparten contraseñas identificatorias–, códigos más amplios que abarcan zonas urbanas o regiones que participan de un mismo lenguaje, memoria, costumbres, valores, creencias y tradiciones y, por último, ámbitos de lo cultural vinculados con la irrupción de la globalidad en el plano local, dentro de la esfera de consumos de productos de todo orden –incluidos los massmediáticos– que requieren de competencias especiales y que originan formas locales de metabolismo y aplicación de los códigos, significados, valores y ritmos implícitos en los productos. Y estas tramas culturales superpuestas están en constante intercambio y transformación, sumidas en procesos de cambio y en luchas por la constitución e imposición de sentidos que, por supuesto, no están desvinculadas de las pujas y conflictos que arraigan en la dinámica social.
Asimismo, se suele destacar que el incremento de los procesos de migración internacional determina la continuidad de culturas nacionales localizadas fuera del territorio de origen. Lógicamente, estas poblaciones emigradas entran en un proceso de evolución diferente respecto de aquellas que permanecen localizadas en el territorio original. No está demás mencionar que los procesos de desregularización, recomendados por la avanzada neoliberal, suponen, entre otras cosas, eliminar trabas para la circulación de mercancías y capitales, pero no incluyen ni propician la equivalente libre circulación de personas en tanto fuerza de trabajo.
Entre los efectos producidos por el auge de los modelos neoliberales se impone en la vida cotidiana el avance del desempleo, la pobreza y la inestabilidad laboral. La actual etapa de acumulación capitalista, cuyas condiciones técnicas, financieras e ideológicas dan lugar a la aceleración de la globalización, acarrean, aun en los países más avanzados, una profunda crisis en el sector asalariado: aumento del desempleo, limitaciones en la seguridad social, avance en la desprotección, pobreza y exclusión. La estabilidad laboral ha sido durante muchos años, en los países más industrializados, la base de la inserción social, el soporte de los lazos sociales y de un sistema de representaciones y de prácticas integrado en los códigos culturales que regían la vida cotidiana. La crisis en la estabilidad laboral, el desempleo acompañado por la inseguridad en el empleo, la creciente desprotección social, erosionan los modos en que millones de individuos se ubican e identifican dentro de su medio social. Tal crisis impacta profundamente en la cultura. Se está planteando como problema, en países europeos, la necesidad de restaurar formas de dignidad que estén desvinculadas de los lugares sociales relacionados con el trabajo y la profesión, que tradicionalmente formaron parte de una noción de estabilidad e inclusión que abarca a la vivienda, la familia, el trato con los vecinos, el espacio ocupado en la comunidad.
Los modelos económicos preponderantes que caracterizan el mundo actual, impregnados de la ideología neoliberal, no conducen a que el maravilloso desarrollo técnico alcanzado redunde en mejorías manifiestas para la población. El impacto de la tecnología, que acarrea un enorme aumento en la productividad del trabajo y, por lo tanto, abre la posibilidad de producir más y mejores bienes al alcance de un mayor número de personas, no concuerda con la evolución de los mecanismos de distribución social del producto. El avance de la productividad no reduce en términos globales el hambre y las privaciones, no se concreta en nuevas oportunidades de desarrollo humano para un mayor número de personas, no se avecina el «reino de la libertad». Ocurre lo contrario: desemboca en beneficios acumulados por los conglomerados económicos más poderosos y en el auge del nivel de vida de las capas más ricas; para las mayorías implica inseguridad económica y laboral, deterioro en las condiciones de vida y de bienestar, nuevas masas excluidas y al borde del hambre y la desesperación. Los logros de la ciencia y de la técnica, la reducción del tiempo de trabajo necesario para la elaboración de los productos, la automatización, no se traducen, procesados por los modelos económicos predominantes, en reducción de la jornada laboral ni en mejores condiciones de trabajo y de vida, se convierten asombrosamente en aumento del desempleo, en peores condiciones laborales, en mayor inseguridad social, en vulnerabilidad y desamparo, abandono y exclusión para millones de personas en todo el mundo.

Este aumento de la sinrazón no es nuevo, arraiga en la lógica del capitalismo que, con todo, encontró en su desarrollo histórico limitaciones sociales que redundaron en nuevos equilibrios, en un avance general en el nivel de los salarios y las condiciones de trabajo y en una moderación de la voracidad ilimitada del capital, que fue impuesta por los movimientos laborales organizados y por el desarrollo mundial de las luchas sociales y políticas; también esta limitación, estos frenos, están vinculados indirectamente con las propias exigencias del modelo productivo, con el propio interés del capital, que necesita mercados en expansión, compradores, demanda efectiva, o sea personas dotadas con poder adquisitivo para completar el circuito de realización del plus-valor. Por consiguiente, la mejoría en la distribución de la riqueza ha contribuido históricamente al aumento de la demanda y al crecimiento general. La etapa actual que atraviesa el mundo, en la que se inscriben la mentada globalización y la expansión de las políticas neoliberales, está signada por la brusca alteración en los equilibrios del poder económico, político y militar a escala mundial. La cadena de procesos que desembocan en los acontecimientos sintetizados por la caída del Muro de Berlín, desequilibra la escena política y las pujas por el reparto del producto y el poder. Se debilitan los factores que habían dado lugar al rápido desarrollo del Estado de Bienestar en algunos países, al logro de conquistas laborales, de condiciones de trabajo, de formas de protección social. El modelo en vigencia tiende a reducir el papel del Estado, a debilitar los sindicatos, a hacer retroceder las conquistas laborales. Se observa paradojalmente que al mismo tiempo que los logros de la ciencia y la tecnología incrementan la productividad del trabajo, la jornada laboral tiende a alargarse, anulando conquistas obreras en el plano de las condiciones de trabajo que protegían la salud física y mental del trabajador y las condiciones de reproducción de su familia, retrotrayendo este campo a situaciones que estaban en vigencia en el siglo pasado. El capitalismo se mundializa, avanza hacia zonas del globo que se ofrecen para su expansión o hacia países en que su desarrollo era débil. La caída del Muro simboliza un proceso que ya estaba en marcha y que significa la apertura de inmensos territorios a la expansión del capital; una porción muy importante de la población del planeta ingresa ahora a los juegos del capitalismo: como mercado para sus productos, como fuente de materias primas o como yacimiento de mano de obra barata, también corno «mercados emergentes» para las diversas formas de valorización del capital financiero. En esta etapa, parecería que el capital más concentrado a nivel mundial esta orientado hacia la «digestión» de estos nuevos territorios incorporados a la órbita del capitalismo; la fuga hacia adelante que significa esta expansión territorial permite al gran capital, en su conjunto, desentenderse de las consecuencias negativas que origina en el interior de los mercados nacionales la pérdida de poder adquisitivo por parte de sectores mayoritarios de la población. El recrudecimiento de las luchas de clases en el interior de los países, manifestada por la ofensiva contra las condiciones de trabajo, la erosión de los salarios, la duración de la jornada laboral, la reducción de los salarios indirectos implicados en la seguridad social, la puja por debilitar la representación obrera en su negociación con el capital (tendencia a sustituir los convenios colectivos de trabajo en favor de las negociaciones por empresa), en resumen: el ciego embate de la avaricia del capital que redunda en un aumento de la explotación, acarrea en lo inmediato un aumento en la tasa de ganancia en las empresas que están en condiciones de beneficiarse con el modelo, y las desventajas en cuanto a capacidad de realización del plusvalor que emanan del debilitamiento del poder adquisitivo en los mercados internos se compensan para los sectores hegemónicos del capital, con la posibilidad de expandirse hacia nuevas zonas del globo y de concentrarse aún más en aquellos lugares en que están instalados o donde ahora ingresan, con eliminación de la competencia (caso de trasnacionales de la comercialización: hipermercados, cadenas de fastfood, de fabricantes de alimentos envasados, cuya expansión es facilitada por los modelos neoliberales y que redundan en la eliminación de miles de pequeños comercios y reducción de puestos de trabajo). Se producen entonces, en este periodo, circunstancias políticas que facilitan a ciertos sectores de la economía mundial la obtención de ganancias extraordinarias, su reubicación en el mercado internacional, el avance hacia nuevos territorios y un aumento en la concentración desplazando la Competencia, y ello viene acompañado por una cantidad de discursos en diversos planos de la teoría económica, histórica y social, de la política, de la cultura y de la estética que tienden a naturalizar las ventajas que el capital más concentrado obtiene de la coyuntura. Sin embargo no hay que olvidar, para apreciar y predecir la duración y el equilibrio de esta coyuntura, el peso social y político que pueden llegar a adquirir las masas progresivamente desplazadas del producto social. En todas partes, inclusive en los países más ricos, se observa un número creciente de excluidos de la torta global que son absurda y ciegamente empujados hacia senderos sin salida.

13 oct 2009

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural PARTE 3

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural
Por Carlos Iván Degregori
4. Perspectivas futuras: la construcción de una nación pluricultural
Cuando los estados populistas y el paradigma de la "integración nacional" comenzaron a tocar sus límites en las décadas de 1970 y 1980, uno de los resultados posibles fue el surgimiento de movimientos étnicos, que reivindicaran el derecho a la diferencia y cuestionaran el carácter homogenizador de los Estados nacionales, proponiendo estados pluriculturales o plurinacionales. Eso es lo que pasó en Bolivia, con el surgimiento del movimiento katarista; en Ecuador, donde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha logrado una presencia política importante. También en Guatemala, donde surge el denominado movimiento maya; y en México, donde el movimiento zapatista es sólo uno entre muchos otros que de maneran pacífica plantean su derecho a la diversidad. En el caso peruano no surgen estos movimientos, pero las reivindicaciones por diversidad cultural avanzan por otros caminos. Sin embargo, queda mucho por hacer.
El primer paso es asumir, reconocer y convertir en un activo la enorme heterogeneidad cultural del país. Aparte de este reconocimiento, menciono apenas cuatro ejes importantes para avanzar en la construcción de un país pluricultural.
a. Pobreza / Inequidad
La reunión de gobernadores del BID de 1999 ha ratificado que el principal problema de América Latina es la pobreza y, más dramática aún, la inequidad. Esto tiene que ver, no exclusiva pero sí directamente con la diversidad cultural en tanto los pueblos indígenas siguen siendo tendencialmente los más pobres entre los pobres. Y esta situación económica lleva al empobrecimiento, y posible extinción de muchas manifestaciones culturales (tecnologías agropecuarias, fiestas, culinaria). Por ello la lucha contra la pobreza y la inequidad redundará en beneficio de la diversidad.
b. Descentralización, territorio, autonomía.
La descentralización trasciende también la diversidad cultural, pero la incluye directamente en tanto la diversidad se expresa también en las regiones. En todo caso, la descentralización del gasto, y sobre todo del poder, redundará favorablemente en los pueblos indígenas, todavía ubicados mayoritariamente en regiones periféricas, donde ni el Estado ni el mercado cumplen a cabalidad un papel dinamizador.
c. Protección ecológica y tecnológica.
Se ha hablado mucho ya sobre la relación entre pueblos indígenas y ecología. La protección del bosque amazónico y de toda una gama de ecosistemas frágiles, así como su explotación sostenible, están íntimamente vinculados a los saberes y formas de organización de los pueblos indígenas.
d. Fin de la discriminación cultural, el no reconocimiento y la exclusión.
Ubicamos adrede como último punto este que tiende a aparecer en primer plano. No por restarle importancia, sino para ubicarlo en una perspectiva más amplia. Constituye indudablemente el meollo del problema y el problema más difícil de resolver porque se enraíza en la vida cotidiana y en una historia de siglos de desprecio y exclusión. Me limito a mencionar algunas de las políticas que podrían ser importantes:
I. Educación bilingüe intercultural.
El término clave aquí es 'intercultural'. Puede la educación no ser necesariamente bilingüe. En regiones rurales o urbanas donde no se hablan idiomas indígenas, sería contraproducente obligar a los habitantes a aprenderlas, salvo aquellos que lo quieran hacer de manera voluntaria y/o por razones laborales. Pero la interculturalidad implica una educación al mismo tiempo respetuosa de las diferencias y que pone énfasis en los intercambios culturales, las fertilizaciones mutuas, las influencias, las hibrideces. Sus objetivos centrales son entonces:
Acabar con la educación homogenizadora / aculturadora, abrirse a la pluralidad, reconocer que las otras culturas 'no hegemónicas' tienen los mismos derechos, son parte y enriquecen el patrimonio cultural del país;
Evitar al mismo tiempo las polarizaciones inútiles, recalcando los puentes y las interrelaciones entre las diferentes culturas.
II. "Ceguera al color" y a las diferencias culturales en el mercado laboral.
Poco a poco se va ilegalizando en diferentes países la inclusión del requisito "buena presencia" para conseguir empleo. "Buena presencia" era un evidente eufemismo para no decir "blanco / a". Igualmente, es necesario promover mecanismos que eviten la discriminación por rasgos culturales como el acento / dialecto al hablar castellano, la región, el apellido y muchos otros(10).
III. Fin de la discriminación en los medios de comunicación.
Si un extraterrestre captara únicamente las telenovelas peruanas o latinoamericanas, se haría la idea de un continente abrumadoramente blanco, posiblemente más blanco que los EEUU. Peor aún, cuando aparecen quechuas, aymaras, cholos, negros o habitantes rurales, es casi siempre para burlarse de ellos en los programas cómicos (junto a mujeres y homosexuales), o como víctimas en los reality shows, o en propagandas de productos "para los estratos C y D"(11). En los programas culturales, siguen siendo con frecuencia el 'otro exótico', mistificado y desvirtuado, encasillado como producto turístico (12). Si bien hay programas, especialmente de radio, producidos para (y a veces por) sectores 'subalternos', la realidad sigue siendo abrumadoramente discriminadora. Sería inconcebible, por ejemplo, un programa titulado "La catalana Jacinta" o "La vasca Jacinta" en España, o "La negra Jacinta" en los EEUU. Primero, porque a ningún libretista se le ocurriría algo así. Y si se le ocurre, ningún canal de TV lo aceptaría. Y si lo acepta, ningún auspiciador pondría anuncios. Y si lo haría, miles de catalanes, vascos o negros según el caso, y no sólo ellos sino la mayoría de la población, protestaría.
IV. Promoción del respeto a las culturas indígenas, afroperuanas y una imagen positiva de todas en general.
Relacionado íntimamente a puntos anteriores como educación intercultural o medios de comunicación, está la tarea titánica de sacar del ghetto 'inferior' y/o exótico/ turístico a las culturas indígenas y afroperuanas, y sus diferentes manifestaciones, que continúan vigentes y son además un recurso para nuestro país en el mundo global: desde conocimientos tecnológicos, hasta formas de organización y manifestaciones de espiritualidad.
En esta tarea, la educación y los educadores tienen un papel fundamental que cumplir.


Notas:
Véase: Samuel Huntington. El choque de las civilizaciones.
Luego del colapso de los denominados 'socialismos reales', por primera vez la economía de mercado capitalista adquiere una dimensión planetaria. Tanto o más importante: el desarrollo de la informática produce una revolución en las comunicaciones. A través de la radio, la televisión, el cable y sobre todo la intemet, el mundo se interconecta cada vez más. Se desarrolla .10 que se denomina la 'realidad virtual'.
Esto sucede también a nivel individual. Según la psicología, el niño va tomando conciencia de sí mismo conforme advierte que es otra persona diferente a la madre, y luego al resto de la familia. En el terreno colectivo, se da desde los niveles cotidianos (qué sería del Alianza si no existiera la U), hasta los políticos, sociales, ideológicos.
Citado por: Carlos Iván Degregori, "Ocaso y replanteamiento de la discusión del problema indígena (1930-1977)", en: Indigenismo, clases sociales y problema nacional. C.I.Degregori, M.Valderrama, A.Alfageme, M.Francke. Ediciones CELATS, Lima, p.234.
En el caso de Francia, fueron los Enciclopedistas, que influenciaron en el proyecto que luego se plasmaría en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (que, como se ve, trascendía las fronteras de Francia). En los EEUU fueron los denominados 'padres fundadores': Jefferson, Madison, Washington, etc. Y su proyecto se plasmó en una Constitución, que hasta ahora está vigente (con un conjunto de 'enmiendas'). En el caso peruano, los próceres de la independencia, peruana e hispanoamericana en general.
Citado en Benedict Anderson. Comunidades imaginadas,
El título de un artículo de Cecilia Méndez -Incas sí, indios no- resume esta actitud, que se matiza en la primera mitad del S.XX con el rescate de la figura delinca Garcilaso de la Vega, el cronista hijo de una princesa inca y un conquistador español que es percibido como la encarnación primera de un proyecto de país mestizo aristocrático.
Manuel González Prada. Páginas Libres, Fondo de Cultura Popular, Lima 1966, p.33.
Por la misma época y de manera más tímida, los militares impulsaron reformas de signo semejante .durante el gobierno de Rodríguez Lara (1972-76).
Desde hace algunos años, INDECOPI promueve acciones en este sentido. Asimismo, en 1999 el Congreso aprobó una ley contra la discriminación racial. Sin embargo, queda todavía mucho trecho por recorrer para que este sentimiento haga carne entre la mayoría de la población y en el sistema educativo.
Por ejemplo, en la publicidad de detergentes aparecen cholos/as, en la publicidad de café, negros/as.
Esto no significa estar en contra del turismo, que puede ser la única fuente de ingresos significativos para muchas comunidades. Es legítimo, además, que se enfatice la 'otredad' para atraer visitantes. Lo hacen los franceses con sus bistrós, los españoles con sus tablaos y así sucesivamente. El problema es que la mirada turística sea horizontal. Si es así, todos finalmente, seremos 'exóticos'

Bibliografía
Anderson, Benedict (1983) Imagined communities: Reflections on the origins and the spread of nationalism. Verso, London.
Degregori, Carlos Iván (1977) Indigenismo, clases sociales y problema indígena en el Perú, CELATS,Lima.
González Prada, Manuel (1966) Páginas Libres, Fondo de Cultura Popular, Lima
Favre, Henry (1996) L’indigenisme, Presses Universitaries de France.
Huntington, Samuel P. (1996) The clash of civilizations and the remaking of world order. Simon & Schuster, New York.
Mendez, Cecilia (1993) Incas sí, indios no: apuntes para el estudio del nacionalismo criollo en el Perú. IEP, Lima.

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural PARTE 2

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural PARTE 2
Por Carlos Iván Degregori
2. La diversidad cultural en el Perú.
Somos un país diverso y nos cuesta reconocerlo. Somos uno de los países más grandes del mundo. Ocupamos el19 lugar en extensión entre el conjunto de casi 200 países. Si preguntamos a jóvenes estudiantes por el lugar que ocupa el Perú por el tamaño de su territorio, pocos aciertan, no sólo por ignorancia sino por baja autoestima, pocos creerían que estamos entre los 20 países más grandes del mundo.
Dentro de ese inmenso territorio, poseemos una enorme diversidad geográfica, biogenética y también cultural. Las dos primeras son ya valoradas positivamente, pero nos cuesta hacer lo mismo con nuestra variedad de razas, lenguas, religiones, costumbres, tradiciones. Si por algún desastre cósmico desapareciera la vida en la tierra y mucho después alguna expedición extraterrestre comenzara a buscar evidencias sobre la vida en la tierra y excavando en el Perú encontrara documentos de Sendero Luminoso, al leerlos con ayuda de alguna máquina traductora pensaría que este era un país tan homogéneo como Islandia o Japón. Porque no existe una sola línea en los documentos oficiales de Sendero Luminoso que hable sobre las diferencias étnicas, lingüísticas o culturales en general, que constituyen un problema y una posibilidad en nuestro país. Considero que esa ceguera ante la diversidad cultural fue una de las causas de la derrota de Sendero Luminoso, que terminó reprimiendo las costumbres "atrasadas" de los campesinos quechuas, aymaras o de los asháninkas y otros pueblos amazónicos a los que supuestamente quería representar.
Pero éste no fue sólo un problema de SL. Muchos de nosotros mismos, si bien reconocemos la diversidad cultural, étnica y racial porque nos la cruzamos en las calles, o en nuestra propia casa, o en nuestro propio cuerpo, tenemos dificultades para aceptarla como algo positivo. Nos es difícil estar cómodos mirándonos al espejo y aceptando la imagen cultural y racial mente diversa que el espejo nos devuelve. Cuando la aceptamos, la diversidad aparece casi como un castigo. Por lo menos hasta hace una generación, era frecuente escuchar esta queja: "¿por qué no nos conquistaron los ingleses? En ella se traslucía una crítica a los españoles, considerados flojos y abusivos, pero también la oculta creencia de que los ingleses hubieran exterminado a los indios. Porque no hay que olvidar que los pueblos quechuas, aymaras y amazónicos, denominados indios, indígenas o aborígenes, han sido y en cierta medida siguen siendo, junto a los afroperuanos, la parte negada o vergonzante de nuestra diversidad étnica y cultural.
No es de extrañar, entonces, que hacia 1900 un diputado por Puno presentara un proyecto de ley para el exterminio de la raza aborigen. Todavía en la década de 1930, el filósofo y pedagogo Alejandro O. Deustua, criticaba que se invierta dinero en la educación indígena, porque:
"El Perú debe su desgracia a esa raza indígena, que en su disolución psíquica no ha podido transmitir al mestizaje las virtudes de las razas en períodos de progreso...EI indio no es ni puede ser sino una máquina" (Citado en: Degregori 1979) (4).
Los tiempos han cambiado, mucha agua ha corrido bajo los puentes, los pueblos indígenas se han liberado de la servidumbre, muchos han migrado a las ciudades, han ganado el derecho al voto y nadie se atrevería a repetir las palabras de Deustua. Sin embargo, aún hoy es difícil que aceptemos nuestra diversidad cultural como un activo, más allá del folklore y del turismo.
¿Por qué esa dificultad para reconocer algo que es tan importante como el nombre y el apellido? A mi entender, además del ya mencionado paradigma uniformizador que hasta hace pocas décadas dominaba las concepciones sobre desarrollo y ciudadanía, esta dificultad tiene que ver con la forma en que se construyó la nación peruana. Según Benedict Anderson, las naciones modernas son "comunidades imaginadas":
Porque, a diferencia de las comunidades aldeanas, por ejemplo, no todos se conocen personalmente, pero se reconocen como miembros de un mismo Nosotros, de una misma comunidad.
Porque en algún momento fueron imaginadas por alguien, generalmente por algún núcleo de intelectuales en el sentido amplio de la palabra, núcleo en el cual los maestros tienen con frecuencia gran importancia. Ese núcleo imagina el perfil de una nación todavía inexistente o en construcción, tiene un proyecto nacional (5).
Habría que añadir que el perfil de esas 'comunidades imaginadas' puede variar con el transcurso del tiempo, e incluso puede haber diferentes proyectos en competencia simultáneamente. Veamos cómo se construye la nación peruana a partir de este concepto de 'comunidad imaginada'.

3. Proyectos nacionales y diversidad cultural
a. El paradigma oligárquico excluyente.

El 28 de julio de 1821, en la proclamación de la independencia, San Martín afirmó con respecto a los pueblos indígenas: "de ahora en adelante los aborígenes no deberán ser llamados indios o nativos, ellos son hijos y ciudadanos del Perú y serán conocidos como peruanos"(6).
Sin embargo, ni indígenas ni afroperuanos obtuvieron ese mínimo de ciudadanía que es el voto, pues el tributo indígena y la esclavitud continuaron hasta la década de 1850. Abolidos ambos, tampoco se cumplió 'la promesa de la vida peruana'. Los pueblos indígenas, que hasta la primera mitad del S.XX constituían la mayoría de la población, siguieron excluidos de la ciudadanía, a merced de poderes locales en cuya cúspide se ubicaban por lo general los grandes terratenientes, que se expanden con fuerza entre fines del S.XIX y principios del S.XX.
Tal como fue soñada por los criollos, la 'comunidad imaginada' llamada Perú incorporó desde muy temprano en su historia las glorias del Imperio Inca, pero negó tener algo que ver con los indios contemporáneos (7). Para efectos prácticos, la 'comunidad imaginada' se reducía en esos tiempos a varones, adultos, urbanos, criollos y mestizos hispanohablantes, educados (que sabían leer y escribir) y de buena posición económica. Esos eran los que tenían derecho al voto. Menos del 5% de los que actualmente lo tienen. No votaban las mujeres, ni los analfabetos, que eran la absoluta mayoría, sobre todo porque las lenguas andinas y amazónicas eran ágrafas. Existía además el 'voto censitario'. Es decir, sólo tenían derecho a voto los que tenían propiedades. El resto estaba excluido de la 'foto de familia'.
De esta forma, la nación peruana se construyó sobre bases muy frágiles, como una pirámide recostada sobre su vértice. Esa fue una de las causas principales de nuestra derrota en la Guerra del Pacífico. Y fue después de esa derrota que se intensificaron las críticas contra ese modelo excluyente de nación. González Prada está entre los primeros que rompen fuego contra él, cuando afirma, por ejemplo, que no forman el Perú únicamente aquellos que habitan la estrecha franja costera: "La nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera"(8). En las siguientes décadas la crítica se masifica, especialmente desde las corrientes indigenistas, que rescatan e idealizan a los indios contemporáneos, especialmente a las comunidades indígenas. Hasta que el Estado comienza a cambiar, y otra 'comunidad imaginada' se vuelve predominante.

b. El paradigma populista, incluyente pero homogenizador.
Este cambio forma parte de un proceso 'nacionalista' o 'nacional popular' que abarca a toda América Latina y que en algunos países adquiere características revolucionarias como en México (1910) o Bolivia (1952). En el Perú es un proceso lento de transformaciones que se inicia en los primeros años del Oncenio de Leguía (19191930). Luego retrocede pero vuelve a retomarse desde mediados de siglo y especialmente a partir del primer gobierno de Fernando Belaúnde (1963-68), que incorpora al discurso oficial modernizador a las comunidades indígenas. Años después, Túpac Amaru II, el curaca rebelde ajusticiado en 1780 se convierte en uno de los íconos centrales del gobierno militar del Grl. Velasco (1968-75). En los años 80s es el turno de los migrantes andinos, que desarrollan en las ciudades la economía informal, exaltados como los "nuevo héroes" por el gobierno populista de Alan García
Por cierto que hoy el modelo populista está agotado, pero si ubicamos su surgimiento en su contexto histórico, veremos que jugó en muchos campos un papel progresivo, tanto por su oposición a la aristocracia terrateniente que ostentaba el poder en buena parte de América Latina, como por su contraposición a las teorías por entonces en boga, como el racismo científico; para no mencionar el nazismo y sus prácticas genocidas durante la Segunda Guerra Mundial.
En países como México Perú o Bolivia, donde los pueblos indígenas constituían un alto porcentaje de la población, los 'intelectuales orgánicos' del populismo, imaginaron una utopía irrealizable pero poderosa como mecanismo de construcción nacional: el mestizaje. En pleno auge de las teorías y prácticas racistas, Vasconcelos por ejemplo, ministro de Educación de la revolución mexicana, hablaba del mestizo como de la "raza cósmica" del futuro.
Por cierto que detrás del paradigma del mestizaje subyacía otro proyecto de dominación: la "integración nacional" o aculturación de los pueblos indígenas que, formulada burdamente, habría dicho: te doy derechos si te vuelves como yo. Un 'yo' por lo general blanco o mestizo, varón urbano de clase media. Los planes de integración nacional o de "integración de la población aborigen" tenían como herramientas centrales la escolarización masiva castellanizadora y el servicio militar obligatorio.
Pero en países como México o Bolivia, el populismo significó también para los pueblos indígenas conquistas importantes como el voto universal, tierra obtenida a través de las Reformas Agrarias, derecho a la sindicalización y la mencionada escolarización masiva, para mencionar sólo algunos puntos(9). En el caso peruano, primero fueron la escolarización y el servicio militar obligatorio. Luego vinieron los movimientos campesinos por tierra de la década de 1960 y la Reforma Agraria (1969-75). El derecho al voto se obtuvo tardíamente, recién en la Constitución de 1979. Tuvieron que pasar más de 150 años para que la proclama de San Martín se hiciera realidad.
A través de esas conquistas los diferentes pueblos que conformaban nuestro país, especialmente los indígenas, lograron pues acceso a una ciudadanía homogenizadora, que dejaba de lado la diversidad nacional, las lenguas, tradiciones, mitos, héroes y banderas de otros pueblos, especialmente indígenas.

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural PARTE 1

Peru: Identidad, nación y diversidad cultural
Por Carlos Iván Degregori

1. Diversidad cultural y globalización
Basta prender la radio_ mirar la televisión o pararse frente a un kiosko de revistas y periódicos para darse cuenta de la multitud de conflictos religiosos, lingüísticos, raciales o nacionales que conmocionan amplias zonas del planeta. En otras palabras, conflictos en los cuales la cultura (lengua, religión, modos de vida) y la historia (tradiciones nacionales o étnicas) juegan un papel fundamental.
Estos conflictos tienen lugar en países que nos suenan lejanos como Afganistán, Rwanda o Somalía, pero también otros ubicados en pleno corazón de Europa como Rusia, la ex - Yugoeslavia e incluso España, donde los extremistas vascos de la ETA continúan ensangrentando el país, o hasta hace muy poco Irlanda del Norte, parte de la muy civilizada Gran Bretaña.
Por eso, si durante buena parte del S.XX, el mundo se vio envuelto en sangrientos conflictos ideológicos que pusieron alguna vez al planeta al borde de su destrucción atómica, algunos anuncian que el S.XXI estará marcado por conflictos culturales, por lo que, Huntington llama "el choque de las civilizaciones", y cuando dice civilizaciones, podemos entender culturas(1).
Sin embargo, es posible que Huntington exagere pues no todo es negativo. Basta también prender la radio, mirar la televisión o pararse frente a un kiosko de revistas y periódicos para ver, por ejemplo, al presidente Fujimori frotándose las narices con un jefe maorí en Nueva Zelanda. Vimos esa imagen hacia mediados de 1999, en una reunión de presidentes de los países de la cuenca del Pacífico, que se perfila como el principal escenario económico del S.XXI. Hasta hace algunas décadas, pocos sabían donde quedaba Nueva Zelanda y casi nadie había oído hablar de los maoríes, y menos aún sabía que se saludaban frotándose las narices.
Además, hasta hace algunas décadas se creía que país desarrollado era sinónimo de país occidental y cristiano; que para desarrollarse los pueblos tenían que olvidar sus tradiciones y volverse modernos. Tradición y modernidad se entendían como dos polos excluyentes; y el desarrollo como un proceso de modernización homogenizadora. Conservadores, nacionalistas y revolucionarios compartían el mismo criterio, aunque para cada uno de ellos el final de la película fuera diferente. Para unos, al final todos compartiríamos el "modo de vida americano". Para los nacionalistas y populistas, al final todos seríamos uniformemente mestizos y castellanohablantes. Para los revolucionarios, todos pasaríamos por un proceso de proletarización para llegar a alcanzar el ideal del hombre nuevo proletario.
Hoy, por el contrario, se reconoce:
Que hay diversos caminos a la modernidad y al desarrollo, que el proceso no es necesariamente único, lineal, ni conduce necesariamente a la uniformización.
Que no hay oposición tajante y excluyente entre tradición y modernidad. Más bien las tradiciones, o al menos algunas, pueden ser útiles para el desarrollo, pueden constituir un activo y no un pasivo en los esfuerzos por incorporarse ventajosamente en el mundo global. A partir de estos dos primeros puntos, se reconoce también:
Que el desarrollo no se mide sólo por indicadores macroeconómicos como producto bruto interno (PBI) o ingreso per cápita, sino que implica también factores de calidad de vida, social y cultural. Comienza a reconocerse, por tanto, el papel de las diferentes culturas en el desarrollo. Más aún, la necesidad de imaginar un desarrollo que posibilite el florecimiento de la diversidad cultural, como afirma un reciente informe de la UNESCO, titulado Nuestra diversidad creativa.
Estos cambios tienen que ver con el nuevo fenómeno de la globalización, o mundialización. En sentido estricto, podríamos decir que la globalización se remonta a tiempos muy antiguos, desde que Colón llega a América y Magallanes da la vuelta al mundo, o desde la expansión imperialista del capitalismo, especialmente a partir del S.XIX. Pero en estas últimas décadas se producen un conjunto de transformaciones que dan origen al fenómeno que hoy se conoce como globalización (2). Una de las caras de esa globalización es efectivamente la homogenización, e incluso la uniformización: en todos los rincones del planeta se consumen Coca-Cola, Mac Donalds y las canciones de MTV. Pero la otra cara de esa misma moneda es la fragmentación, o al menos el fortalecimiento de identidades locales.
En efecto, no todos se 'aculturan' o no lo hacen totalmente. Por el contrario, conforme se intensifican los contactos entre pueblos y culturas diferentes se intensifica también el deseo de esos pueblos de reafirmar sus identidades propias. Esto sucede porque cualquier identidad colectiva, cualquier Nosotros, se define en contraste con los Otros, con los diferentes (3). Por tanto, conforme se intensifican los contactos con esos otros diferentes, surge la necesidad o al menos la posibilidad de fortalecer ese Nosotros. Así tenemos por ejemplo a los migrantes peruanos en EEUU o en España, que son los que más extrañan la comida y la música peruana, los que con más devoción sacan las imágenes del Señor de los Milagros o del Señor de Qoyllur Rit'i en procesión por las calles de Madrid o Nueva York. Llevada al extremo, esta tendencia a fortalecer la identidad propia en contraste con las diferentes puede desembocar en la xenofobia o en las denominadas "limpiezas étnicas" que hemos visto en tiempos recientes en diferentes partes del mundo.
Existen, por cierto, otras posibilidades. Siempre está abierta la vía de la aculturación, de olvidar la cultura propia y asimilarse a la hegemónica. Los ejemplos de peruanos en el extranjero que ya no quieren o no pueden hablar castellano; o de migrantes quechuas o aymaras en Lima que no quieren o incluso tienen vergüenza de hablar su propio idioma, son también numerosos.
Lo cierto es que la globalización abre diferentes posibilidades: puede llevar q. la uniformización o al florecimiento de la diversidad cultural. ¿Cuál es la mejor opción para el Perú en el S.XXI?

2 oct 2009

Lista Nº 2, Ganadora de las Elecciones Internas de Perú Posible en Camaná


Este domingo 27 de Setiembre se llevó a cabo las Elecciones Internas en todo el Perú programadas por COEN de Perú Posible desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde. En la provincia de Camaná, en un ambiente que mereció la atención de partidarios y no partidarios se llevó a cabo estas elecciones en el local ubicado en pleno centro de Camaná (Av. Mcal. Castilla # 145), que se vió abarrotado y la tensión era evidente por cuanto se presentaban dos listas. Ésta aumentó en el transcurrir de las horas y a eso del mediodía ya se logró la máxima concurrencia en este local partidario.
La lista Nº 1 estuvo encabezada por el Ing. Carlos Escobedo y la lista Nº 2 por el Dr. José Aquice, último Subprefecto oficial de la Provincia de Camaná.
Terminada las elecciones, siendo las 4 de la tarde en punto, el Sec. del Comité Electoral Provincial Sr. Danilo Rodas invitó a los personeros de ambas listas a ingresar junto con los otros miembros del Comité para el respectivo contaje de votos. Nor refieren que fue de película puesto que la Lista Nº 1 iba ganando con amplia ventaja, pero que los últimos votos favorecieron a la Lista Nº 2 alcanzándola y sobrepasándola en tres votos, por lo que el personero de la Lista Nº 1 un poco nervioso hizo un comentario de que "todavía quedaban muchos votos para contar", y continuaron dándose con la sorpresa de que ya no quedaba ningún otro voto en el ánfora de Votación y de ésta manera la lista Nº 2 ganaba ajustadamente y el Comité los daba por ganadores.


Los votantes hacían referencia de la campaña "franciscana" pero bien centrada estratégicamente de la lista Nº 2 y al final los ganadores absolutos fueron todos los militantes de la Provincia que despierta ante la cercanía de las nuevas elecciones regionales y municipales. Partidarios y extraños comentaban que los militantes de este partido estaban bien organizados y comentaban a favor de nuestro presidente Alejandro Toledo.


Felicidades a todos los que integran esta lista ganadora y recuerden que no solo han ganado unas elecciones con derechos sino que también tienen el deber de poder ahora trabajar por todos los partidarios de Perú Posible y por nuestro país.
Se inicia así, una nueva era con hermanos que deben trabajar con equidad, respeto y modestia con todos los militantes peruposibilistas, muy especialmente con aquellos que fueron consecuentes y acudieron a votar haciendo un alto en su trabajo y compromisos familiares, y también a aquellos hermanos que solicitan inscribirse para trabajar por el partido.
La Juramentación de estos nuevos dirigentes provinciales se llevará a cabo éste sábado 24 de Octubre con la presencia de hermanos militantes del Comité Ejecutivo Nacional de Perú Posible.





1 oct 2009

ESTIMULACIÓN TEMPRANA - LIBROS PARA BAJARLOS




Actividades para el primer año de vida


Edad de 45 dias a 3 meses
Finalidades
Actividades
Actividades de relajación
Recomendaciones



Edad de 3 a 6 meses
Finalidades
Actividades
Actividades de relajación
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Edad de 6 a 9 meses
Finalidades
Actividades
Actividades de relajación
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Edad de 9 a 12 meses
Finalidades
Actividades
Actividades de relajación
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Actividades para el segundo año de vida

El segundo año de vida






Este link es para un amigo que me solicitó ayuda:
http://www.freelibros.com/2009/04/manual-de-estimulacion-temprana.html